Estas
últimas semanas hemos estado muy ausentes de la blogosfera.
Han sido de mucha actividad laboral y también de aprendizaje.
Uno de esos temas acerca del cual nos hemos empapado y profundizado
ha sido el Mindfulness, una técnica cada vez más
y más presente en la psicoterapia actual. El nombre del curso
al que hemos asistido y que tan enriquecedor ha sido, es Método
de reducción de estrés basado en el mindfulness (MBSR),
y se trata de un programa de ocho semanas desarrollado por Jon
Kabat-Zinn en el Centro Médico de la Universidad de
Massachusetts para disminuir el estrés, la ansiedad, el
pánico, la depresión y el dolor crónico.
En
Madrid, el curso lo dirigen la Dra. Beatriz Rodríguez Vega
y la Dra. Carmen Bayón, ambas psiquiatras y
psicoterapeutas de reconocido prestigio, y a quienes ya teníamos
el placer de haber conocido en el Máster de Psicoterapia
Integradora con el que completamos nuestra formación
durante la residencia. En las clases de dicho máster fue donde
tomamos por primera vez contacto con el Mindfulness, y al principio
hay que reconocer que nos creó bastantes reticencias. Una vez
que comprobamos que las reticencias no iban más allá de
la lógica desconfianza por lo desconocido, y el esfuerzo que
supone hacer algo nunca antes practicado, pudimos comprobar que
cuanto más lo entrenábamos, mayor capacidad teníamos
de encontrarle el beneficio. De ahí que ahora nuestra
postura sea totalmente a favor de incorporar esta práctica a
muchas situaciones clínicas a las que nos enfrentamos en
nuestro trabajo del día a día.
Las
plazas del curso están abiertas a todo el mundo, desde
profesionales de la Psicología y Psiquiatría a personas
afectadas por enfermedades con dolor crónico, problemas de
ansiedad y depresión, profesionales de la Educación
(otro campo donde está creciendo también la aplicación
del Mindfulness), etc. Los psiquiatras y psicólogos que
asistíamos comentamos en la primera sesión que nuestro
objetivo era conocer mejor la técnica para poder complementar
nuestro trabajo diario buscando una manera más completa de
poder ayudar a nuestros pacientes, pero creo que al final todos
coincidimos en que la mejor forma de poder utilizarlo ha sido tal
y como la plantea el curso: experimentándolo en primera
persona en las diferentes prácticas (siendo el programa
eminentemente práctico) que se ofrecen.
Ilustración vía vivirenatencionplena.blogspot.com |
¿Qué
es el Mindfulness?
Kabat
Zinn lo definió como “prestar atención
de manera particular, como propósito, en el momento presente y
sin juicios mentales”. No ha habido consenso acerca de una
traducción en español (en una sola palabra) que
permita conservar el significado exacto. Lo que más se
aproximaría sería llamarlo atención plena.
Es decir, focalizar la atención en sensaciones, emociones,
pensamientos… en el momento presente.
El
mindfulness sería una cualidad de la mente que ha sido mucho
más entrenada en las filosofía oriental por medio de la
meditación. La cultura que vivimos en Occidente es más
un modo de vida basado en la acción, en cambio, el estilo de
vida oriental contempla el aprendizaje mediante la observación
de la experiencia.
El
entrenamiento de ser conscientes de nuestras sensaciones,
pensamientos, emociones en un momento dado, en el aquí y
ahora, nos permite dar respuestas más ajustadas, en
lugar de reaccionar (sin tomarnos esos segundos de hacer balance
decisional) ante los diferentes estímulos que el día a
día nos va planteando. Y además, e igualmente
importante, nos permite entrenar la cualidad de no juzgar
contínuamente pensamientos, emociones... tratándonos
a nosotros mismos con amabilidad, actitud que con demasiada
frecuencia pasamos por alto convirtiéndonos a veces en el juez
más severo para con nosotros mismos.
Ilustración vía www.eus3.es |
¿Para
qué nos puede servir el Mindfulness?
En
realidad, y como hemos explicado, cualquier persona puede encontrar
beneficios en la práctica del Mindfulness, ya que supone un
cambio de actitud para con nosotros mismos,
tratándonos con mayor amabilidad y ausencia de juicios
constantes, y nos ayuda a ser más conscientes del
momento presente y más dueños de nuestras decisiones,
emociones, sensaciones y pensamientos.
No se trata de concentrarse, se trata de tener una atención
relajada que deja que las cosas fluyan y lleguen a nuestra
conciencia. Darse cuenta de lo que ocurre en cada instante, como si
fuera la primera vez que ocurre.
Otro
principio que promueve el Mindfulness es el de la aceptación.
Esto significaría tomar conciencia y admitir todo aquello que
se origina dentro de nosotros momento a momento tal y como es. Dejar
ir y no apegarse. Nuestra mente
se aferra a determinados estados, sobre todo cuando son agradables y
pretendemos que permanezcan y no cambien, pero las sensaciones,
emociones y pensamientos no responden a nuestros deseos, van y
vienen, hay que dejar que aparezcan y se vayan y ser testigos de su
fluir, sin apegarse a ellos. La práctica del Mindfulness nos
aporta el poder observar y explorar con distancia nuestras
sensaciones, emociones y pensamientos
y no apegarnos a ellos de manera inconsciente con resultados
indeseados, como
sucedía en las trampas para monos.
El
Mindfulness está siendo cada vez más
incorporado en prácticas de psicoterapia occidental.
Como decíamos, está aportando muy buenos resultados en
el tratamiento de patologías como ansiedad,
depresión, trastornos somatomorfos, dolor crónico, etc.
Kabat-Zinn expone:
“nosotros no somos nuestra ansiedad ni nuestros temores, y por
tanto estos no tienen por que dominar nuestra vida”.
Al prestar atención a nuestro pensamiento, nuestra relación
con él cambia. Otro de los beneficios que aporta es el de
favorecer una mayor conexión entre mente y cuerpo,
que aunque están íntimamente relacionados, a menudo
seguimos estableción una línea divisoria que podría
ayudarnos a explicar muchas dolencias y problemas de salud que no
encuentran respuesta en una medicina meramente somática y
organicista.
Ilustración vía www.priotime.com |
Para
terminar, queremos compartir este poema de Portia Nelson, una
ilustración perfecta de la diferencia entre ser conscientes
del momento presente y no serlo.
AUTOBIOGRAFÍA EN CINCO CAPÍTULOS CORTOS
Bajo por la calle.
Hay un hoyo profundo en la acera.
Me caigo dentro,
Estoy perdido... me siento impotente
No es culpa mía.
Tardo una eternidad en salir de él.
Bajo por la misma calle,
Hay un hoyo profundo en la acera.
Veo que está allí.
Caigo en él de todos modos... es un hábito.
Tengo los ojos abiertos.
Es culpa mía.
Salgo inmediatamente de él.
Bajo por la misma calle.
Hay un hoyo profundo en la acera.
Paso de lado.
Bajo por otra calle.
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